jueves, 11 de septiembre de 2014

La Wacom que no resultó

Aunque ya lo había mencionado, no está de más el tener una entrada especial sobre esta compra. El pasado domingo... 31 de agosto, paseaba por la feria local de méxico con san carlos en puente alto, cuando en uno de los pintorescos puestos vendían esta tableta digitalizadora, de la prestigiosa y extremadamente costosa marca Wacom. 

Por la módica suma de tres lucas, más una breve explicación por mi parte al vendedor sobre qué chucha era lo que había comprado, me sentí contento al tener una nueva tableta para dibujar, y que funcionaba y prendía su lucecita blanca, según el vendedor.
En la noche de ese día, investigué y bajé todos los programas respectivos de esta tableta, la cual es un modelo antiguo, pero bien renombrado, una de esas bamboo ctl460 que debe tener al menos unos seis años de vida, si es que no es más tiempo, pero en la tecnología sacan hueás a cada año.
En esa misma noche alcancé a probar un poco lo que era esta compra de oro del día, probando y rayando bastante simple y divertido, pensando que en calidad superaba a mi tableta genius, que me estaba dando problemas en los trazos cortos.
No fue así, esta tableta wacom que me costó tres lucas y que originalmente puede haber costado sobre los 60 mil pesitos no me acompañó en lo que quería. La tiré a la prueba de fuego la semana pasada, ambas tiras las dibujé con esta prestigiosa tableta, pero se me repitió el mismo problema de los trazos cortos, además que la puta lucecita estaba prendida desde el momento que encendía mi compu, lo cual no me pasa con mi tableta genius.
La tira de ayer la dibujé tempranito con mi antigua genius, y no encontré ningún problema. Al parecer, meterle al compu una tableta de mejor calidad (supuestamente) e instalarle drivers y programas varios sin sentido mejoró el rendimiento de la tableta genius, o le dio una mayor prioridad el sistema, eso que no la ocupo mucho. Como sea, tengo una tableta wacom de repuesto mientras el lápiz de mi querida segunda tableta genius me aguante otros porrazos, que de por si, ya tiene varios. 
La moraleja de este manso parrafo es: apoyen a los cachureos de la feria, y cuiden los cachureos de su casa, porque los valen. Ah, también familia, mascotas, etc.

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